sábado, 29 de octubre de 2011

VIDA ENTREGADA

El trigo va granando en la espiga; pero solamente se llegará a convertir en hostia de elevación cuando sea puesto sobre la patena, para llegar a ser Eucaristía.
Cada uno de los actos de tu día podrá llegar a ser transformado en vida, en acción, en fecundidad, en Dios.
Pero antes deberás ponerlo en la patena de tu ofrecimiento, a fin de que se eleve sobre la materialidad de la vida y se llegue a convertir en espíritu.
Y así toda tu vida será una verdadera misa que transforme y cambie tu existir, que te acerque a dios y te haga comunión y sacrificio.
Un sacrificio redentor y transformador; desaparecerás tú y, en cambio, en lugar tuyo aparecerá Dios.
Y cuando Dios aparece, todo se ve de otra forma y de otro color, a todo se le da otro significado y otra dimensión; en todo se descubre una proyección más dilatada y prometedora.


“La leve tribulación de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna a cuantos no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles sino en las invisibles; pues la cosas visibles son pasajeras, mas la invisibles son eternas” (2Cor 4,17-18). Todo pasa y pasamos nosotros con todo; solamente permanece Dios y lo que es de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario