miércoles, 19 de octubre de 2011

SERVIDORES

“Tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10,45). Y tú, como hombre cristiano, has de cobrar conciencia de que estás para eso: para servir y no para servirte de los demás; para servirles a ellos y no para que ellos te sirvan. Si esto lo tienes muy presente, cambiarán muchas de tus actitudes.

Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él. (Madre Teresa de Calcuta)

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