lunes, 17 de octubre de 2011

¿A partir de qué hora la misa vespertina?

Ésta es una cuestión que no siempre se sabe responder, cuando algunos listillos pretenden que una misa celebrada a las 13 h. – e incluso antes – ya pueda ser considerada como vespertina, especialmente en sábado y vigilia de fiesta.
Y es que, efectivamente, no han faltado iniciativas, en las décadas pasadas, para favorecer a los excursionistas, a los esquiadores, a los cazadores, a los turistas y a la tía Paca, muy ocupada en la cocina, han programado celebraciones eucarísticas en las primerísimas horas de la tarde de la vigilia. No obstante, ¿tiene este horario justificación legítima?
Si damos una ojeada a los libros litúrgicos del Vaticano II, nos damos cuenta que el punto de referencia para lo que estamos aquí tratando es el de la oración litúrgica vespertina. Se comprende que hemos entrado en el domingo o en una solemnidad cuando hemos celebrado las primeras Vísperas.
Y, ¿cuándo se pueden celebrar? That is the question. La Institutio de la Liturgia de las Horas nos dice, en el número 39, que “se celebran las Vísperas por la tarde, cuando atardece y el día va de caída”. Por otra parte, el mismo contenido de esta oración litúrgica nos indica que hay que celebrarla cuando realmente la jornada de luz, de actividad, etc., pueda darse por concluida. Dice la Institutio que rezamos las Vísperas “en acción de gracias por cuanto se nos ha otorgado en la jornada y por cuanto hemos logrado realizar con acierto”. Y las siguientes referencias a la luz que no conoce ocaso, la luz eterna que es Cristo, con la invocación de la “luz gozosa de la santa gloria del eterno Padre...”, no dejan lugar a dudas. En este contexto, ¿cómo vamos a pedir que la luz retorne a nosotros, si el sol está entrando todavía con fuerza por la ventana? ¿Cómo vamos a dar gracias por cuanto se nos ha otorgado en la jornada si todavía nos quedan horas de actividad?
Quien quiere comprenderlo lo comprende, pero siempre habrá quien esté dispuesto a “santificarnos” diciéndonos que, de hecho, el día va de caída desde que cruza el mediodía, y bla, bla, bla...con lo cual...
Pues bueno, también para ellos tenemos alguna cosilla, recordando aquí la Constitución apostólica Christus Dominus sobre el ayuno eucarístico, de Pio XII, donde afirma el Papa Pacelli que si las circunstancias lo exigen, los Ordinarios del lugar pueden conceder la celebración de la misa por la tarde, pero que ésta no debe empezar antes de las cuatro. Y ahora en latín, para que se entienda más: “Si rerum adiuncta id necessario postulant, locorum Ordinariis concedimus ut Missae celebrationem vespertinis, ut diximus, horis permittere queant, ita tamen ut haec initium non habeat ante horan IV post meridiem”.
¿Queda claro? ¿O hay que encender más lámparas? (JGP)

2 comentarios: