Aquel día que, mirándonos a los ojos, dijiste
“al César lo que es del César
y a Dios lo que es de Dios”,
abriste una brecha en el horizonte:
proclamaste la soberanía de Dios Padre,
la autonomía de la creación entera,
la libertad de conciencia de las personas,
la repulsa de toda ideología política y religiosa
y el uso de Dios para nuestros intereses.
Ulibarri Fl.
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