viernes, 10 de febrero de 2012

EL SACERDOTE: SIGNO DE CONTRADICCIÓN

Si predica más de diez minutos... no acaba nunca.
Si predica menos de diez... no se ha preparado.
Si trata temas sociales... es de izquierdas.
Si trata temas morales... es de derechas.
Si está en el despacho... es un misántropo.
Si visita a las familias... no tiene nada que hacer.
Si es cordial con la gente... tiene problemas afectivos.
Si es reservado... es un reprimido.
Si hace reparaciones... tira el dinero por la ventana.
Si no las hace... le interesa poco la iglesia.
Si tiene amigos ricos... vive con los que mandan.
Si se rodea de pobres... es un revolucionario.
Si es joven... no tiene experiencia.
Si es mayor... debería jubilarse.
Si hace salidas con los jóvenes..., es que descuida la parroquia.
Si no las hace..., es que no se preocupa de los jóvenes.
Si visita el barrio y sus gentes..., es que se mete en todo.
Si no lo hace..., es que va a lo suyo y la gente no le interesa.
Si está….es que le gusta hacerlo todo
Si no está… lo que sale mal es porque no está
Si da órdenes…es porque es un autoritario
Si no las da… debiera haberlo hecho
Si es perfeccionista... es un raro
Si admite todo… es un vulgar
Si canta… es un jilguero
Si no canta… es un soso
Si celebra muchas misas…es un misero
Si celebra sólo una… es un vago
Si el obispo cierra la parroquia por falta de sacerdotes... el pueblo se mueve y todos firman una carta de protesta.

¿En qué quedamos? ¿Cómo queremos a los curas? ¿A nuestra imagen y antojo?
Los aprovechemos mientras los tenemos porque, cada día, hay muchos menos. Y, entre otras cosas, hablemos menos y recemos un poco más por ellos, y si el Señor elige a uno de nuestros hijos, demos gracias a Dios.

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