martes, 13 de marzo de 2012

“¡No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete!”

Perdonar es difícil. Se mezcla con el orgullo, con nuestra sensación de seguridad. Es muy sensata y humana nuestra dificultad de perdonar. Para superar este bloqueo, Jesús sugiere que comencemos a funcionar como hace Dios. Si Dios está dispuesto a perdonar todas nuestras violencias y pecados, ¿cómo podemos seguir con un corazón duro ante los fallos de nuestros hermanos?
________________________________________________________

¿De dónde me vendrá la libertad y el coraje de perdonar?
¿Para tender una mano al que me hirió?
¿Para ser amable con el que me insultó?
¿De dónde, si no es de ti y de tu amor sin límites?

No hay comentarios:

Publicar un comentario