La gloria del Señor se ha manifestado en Belén
y seguirá manifestándose entre nosotros
hasta el día de su retorno glorioso.
Por eso os anuncio con gozo, hermanos y hermanas,
que así como nos hemos alegrado en estas fiestas
de la Navidad de nuestro Señor Jesucristo,
nos alegraremos también en la gran celebración Pascual
de la Resurrección de nuestro Salvador.
Así pues, recordemos que este año
la ejercitación de la Cuaresma
que nos prepara para la Pascua,
comenzará el miércoles día 17 de febrero,
con la imposición de la Ceniza
y del 2 al 4 de abril celebraremos con fe el Triduo Pascual
de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús.
El día 4 de abril será la Pascua,
la fiesta más grande del año.
Y al cabo de cincuenta días,
como culminación de la cincuentena pascual,
el domingo 23 de mayo,
celebraremos la solemnidad de Pentecostés,
el don de Jesús resucitado a su Iglesia:
su Espíritu Santo.
Cada domingo nos reuniremos para celebrar la Eucaristía
conmemorando la resurrección del Señor,
y veneraremos también la memoria de la Virgen en sus fiestas,
y de tantos hermanos y hermanas nuestras santos y santas
que nos acompañan en nuestro camino.
Y al finalizar el año, el día 28 de noviembre,
iniciaremos un nuevo año litúrgico
con la celebración del domingo primero
del Adviento de nuestro Señor Jesucristo.
A él todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
y seguirá manifestándose entre nosotros
hasta el día de su retorno glorioso.
Por eso os anuncio con gozo, hermanos y hermanas,
que así como nos hemos alegrado en estas fiestas
de la Navidad de nuestro Señor Jesucristo,
nos alegraremos también en la gran celebración Pascual
de la Resurrección de nuestro Salvador.
Así pues, recordemos que este año
la ejercitación de la Cuaresma
que nos prepara para la Pascua,
comenzará el miércoles día 17 de febrero,
con la imposición de la Ceniza
y del 2 al 4 de abril celebraremos con fe el Triduo Pascual
de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús.
El día 4 de abril será la Pascua,
la fiesta más grande del año.
Y al cabo de cincuenta días,
como culminación de la cincuentena pascual,
el domingo 23 de mayo,
celebraremos la solemnidad de Pentecostés,
el don de Jesús resucitado a su Iglesia:
su Espíritu Santo.
Cada domingo nos reuniremos para celebrar la Eucaristía
conmemorando la resurrección del Señor,
y veneraremos también la memoria de la Virgen en sus fiestas,
y de tantos hermanos y hermanas nuestras santos y santas
que nos acompañan en nuestro camino.
Y al finalizar el año, el día 28 de noviembre,
iniciaremos un nuevo año litúrgico
con la celebración del domingo primero
del Adviento de nuestro Señor Jesucristo.
A él todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
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