martes, 4 de agosto de 2009

San Juan de Ávila


Tratado del sacerdocio, 36:
"Muchas cosas se requieren para complir con la obligación del oficio de cura de almas; porque, si miramos a la dignidad sacerdotal que le es aneja, conviene tener ferviente y eficaz oración y también santidad. Lo cual ha de ser con tanta más ventaja en el cura cuanta mayor y más particular obligación tiene de dar buen ejemplo a sus parroquianos, y de interceder por ellos ante el divino acatamiento de Dios, con afecto de padre y madre para con sus hijos, pues se llama padre de sus parroquianos".

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