La vida 2.0 y la vida real no tienen grandes diferencias de fondo, al menos en lo que respecta a las relaciones sociales. En Facebook y Tuenti uno puede quedar con sus amigos, intercambiar fotos de las vacaciones o del último fin de semana, contar chistes, quedar para tomar unas cervezas, ligar... pero hasta ahora ese paralelismo no lo habíamos conocido con tanta crudeza como ha sucedido en el Reino Unido. Una joven ha sido condenada a una pena de cárcel al amenazar de muerte y acosar a otra compañera publicando mensajes en Facebook. Al parecer, la acosadora Keeley Houghton de tan sólo 18 años, se dedicó a proferir todo tipo de amenazas de muerte contra Emily, una joven a la que venía acosando desde hace años en el mundo real. Keeley escribió en su perfil de la red social 'Keeley va a asesinar a la puta', aunque esa amenaza era un paso más en una estrategia de acoso o 'bullying' a la que estaba siendo sometida en bares y lugares donde coincidían.La joven acosada no se tomó el asunto en broma y lo denunció a las autoridades, tras lo cual un juez determinó que la amenaza era real y que la vida de Emily corría serio peligro con lo que condenó a la cyber-acosadora a 3 meses en un correccional y la prohibición de acercarse ni ponerse en contacto (ya sea por vía telefónica o Internet) con la amenazada durante un período de cinco años. Aunque ha habido casos de denuncias por acosos en las redes sociales, según parece y según informa The Daily Mail, este sería el primer caso del mundo en el que un denunciado da con sus huesos entre rejas ante la magnitud de su delito. Con todo, Houghton intentó convencer al juez en vano que las amenazas fueron proferidas cuando ella se hallaba bajo los efectos del alcohol, algo que no sirvió de atenuante ya que la misma joven había sido denunciada en anteriores ocasiones por su obsesión con Emily, a la que había llegado a agredir en más de una ocasión.Suicidio 'social'El caso de Emily, aun siendo trágico, no tuvo un final tan dramático como el que le aconteció a la joven británica Megan Gillan. Esta adolescente de apenas 15 años, murió tras ingerir una sobredosis de barbitúricos ante el acoso al que fue sometida en la red social Bebo por sus compañeros de clase. Al parecer Megan y sus compañeros tenían un examen de evaluación en el colegio y la joven recibió todo tipo de amenazas para que no se presentara al mismo. Megan contaba también con la presión de sus padres para que sacara el curso adelante y la víspera del examen, Megan no soportó más la situación y tomó la fatal decisión de acabar con su vida. Sus padres encontraron el cuerpo inerte en la cama a la mañana siguiente.Ante la proliferación de hechos de este tipo, algunos expertos comienzan a describir lo que entienden como 'la ira de Facebook' (Facebook rage) que tiene lugar por lo general cuando una relación se rompe, y toda esa información que inocentemente se había compartido con su media naranja en la red social, es utilizada de forma torticera en contra de uno. El asunto no es baladí puesto que no son pocos los usuarios que suben fotos de carácter muy privado y que con posterioridad se topan con un vacío legal en el que es difícil conseguir que se retire cierto contenido comprometedor que está a la vista de todos los usuarios. Tal vez el mensaje que deba deducirse de todo este asunto es que las redes sociales, al igual que Internet en general, deben considerarse tan peligrosas como lo es el mundo real, y que escudarnos en la seguridad de nuestros ordenadores en casa es querer negar la realidad. ¿Están seguros nuestros hijos? Dependerá del uso y la importancia que se dé al contenido en Facebook y similares. Como una vez dijo un experto, nadie permitiría que la hija de uno se plantara en la Gran Vía con un cartel con su número de móvil, dirección completa, fotos de sus vacaciones y correo electrónico ¿verdad? Pues en Facebook lo hacemos...
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