estuvo al borde de la extinción hace 70.000 años
Hoy, más de seis mil quinientos millones de personas pueblan el mundo. Y su número no deja de crecer de forma exponencial. Sin embargo, las cosas no siempre fueron así para nuestra especie, que en sus albores atravesó momentos realmente difíciles. Quizá el peor de todos ellos se produjo hace cerca de setenta mil años, poco antes de que nuestros antepasados emprendieran viaje y los homo sapiens se desperdigaran por todo el planeta. Entonces, y como consecuencia de un prolongado periodo de sequía, el número de seres humanos llegó a ser inferior a los 2.000 individuos.Dos millares escasos de personas, repartidas en pequeños grupos aislados y todos ellos en Africa, un continente que, según los análisis de un grupo de investigadores de la Universidad de Standford, atravesaba un prolongado periodo de intensas sequías. Sin embargo, algunos de ellos, probablemente no más de un par de centenares, decidieron marcharse. Y lo hicieron bordeando las costas del África oriental y llegando hasta Asia en un viaje que duró varios miles de años y cuyo resultado son los primeros asentamientos que, con el tiempo, se fueron transformando en decenas de poblaciones, culturas y razas diferentes repartidas a lo largo y ancho del planeta.Estudios previos basados en análisis genéticos indican que Homo sapiens, nuestra especie, surgió hace unos 200.000 años en África a partir de una única "Eva mitocondrial". Sin embargo, muy poco se sabe sobre lo que ocurrió entre ese momento y la época en que Homo sapiens empezó a poblar la Tierra . A partir de entonces, hace precisamente unos setenta mil años, pequeños grupos de humanos, forzados por unas condiciones medioambientales extremas, abandonaron la cuna africana de la humanidad en busca de entornos más favorables. Y vaya si lo consiguieron. Se trata, en palabras de Spencer Wells, director del Proyecto Genográfico, lanzado en 2005 y que estudia nuestro pasado con armas genéticas, de "un auténtico drama, una epopeya que está escrita en nuestro ADN"."Quién habría podido pensar -asegura el paleontólogo Meave Leakey- que en una época tan reciente como hace 70.000 años el clima extremo hubiera reducido nuestra población a un número tan pequeño de individuos que estuvimos al borde mismo de la extinción". La investigadora forma parte de una prolija saga familiar de paleontólogos a los que debemos mucho de lo que sabemos sobre los orígenes del hombre.
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