Señor, Maestro, Señor y Hermano,
abre mi corazón, tan perezoso y mezquino
cuando se trata de dar el primer paso para servir.
Enséñame a colocar toda mis cualidades
al servicio de quien lo necesita.
Enséñame un amor que no pida cuentas.
Enséñame a vivir como tú. Contigo.
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