jueves, 17 de diciembre de 2009

4º DOMINGO DE ADVIENTO


Miqueas 5,2-5a
De ti saldrá el jefe de Israel.

Salmo 79
Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Hebreos 10,5-10
Aquí estoy para hacer tu voluntad.

Lucas 1,39-45
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?


MARÍA DE LA ESPERANZA

María se pone en camino rápidamente. Ella misma ha sido visitada por Dios y tiene que ir a encontrarse con Isabel. Ambas han sido llamadas para dar vida. Dios ha entrado en la vida de Isabel y de María, y se regocijan. La fuente del gozo de cada una es el Espíritu.
Como María, el papel de la mujer en la vida de la Iglesia es importante: ella pone la semilla del evangelio en el corazón de los niños y jóvenes; lleva consuelo y esperanza a los enfermos; se hace responsable de la liturgia, el canto y otros detalles; acoge y sirve a los pobres que buscan auxilio en la parroquia. Así, las mujeres hacen presente el reino de Dios y siguen alumbrando a Jesucristo vivo, en sus vidas, para el mundo de hoy.

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